
Cuando nací, me topé con dos seres responsables que me trajeron al mundo por decisión propia y gustosos de hacerlo, y de lo cual me he sentido muy orgullosa, sólo que me lamento de no haberlos podido corresponder de la misma manera.
Antes que nada he de relatar cómo ha sido mi vida desde que llegué a éste mundo, de lo cual no me puedo quejar mucho pues mis queridos padres procuraron siempre darme lo mejor no sólo en el aspecto económico, sino también en mi formación social y emocional. Comenzamos nuestra vida viviendo en casa de una amiga de ellos y hasta que cumplí mi primer año de edad, nos mudamos a nuestra casa propia. Fue ahí donde decidieron darme una compañía al verme siempre tan triste y sola y al siguiente año tuve un hermanito. Lo chistoso fue que a pesar de mi nuevo compañero, a mi mamá le decían que no parecía que tuviera niños en casa pues no dábamos lata alguna, o cuando menos eran muy escasas nuestras travesuras. Pasaron los años y mi mamá se volvió a embarazar, sólo que en ésta ocasión mi vida si cambió un poco o tal vez mucho. Dejé de ir a la escuela por algún tiempo debido a lo delicado del embarazo de mi mamá y cuando tuve 7 añitos, nació mi segundo hermano. Fue entonces cuando dejamos de salir tan a menudo, yo me aislé en mi mundo y mis hermanos eran punto y aparte. Eso no estaba tan mal hasta que comenzamos a pelear en serio y a mis 10 años yo me había vuelto extremadamente rencorosa con mi hermano y mi papá porque él no hacía nada cuando mi hermano se encajaba conmigo. En fín, que así me la pasé hasta mis 15 años y entonces comencé a dar un cambio radical para bien: todo era amor y paz. Me costó mucho entablar buenas relaciones con mi familia pero al final hubo un cambio mutuo y todo resultó para bien. En cualquier otro aspecto de mi vida yo era una hija ejemplar, estudiosa, tranquila, seria, sin nada de novios y en pocas palabras, fuera de mi casa yo no causaba nada de problemas. Por tales motivos es que pude ingresar a la universidad a mis 18 años recién cumplidos y terminar mi primer semestre con un promedio excelente.
Hasta entonces me sentí a gusto con mi vida pero... dejó de ser así cuando me inicié en la vida amorosa. A mis 18 años inicié un noviazgo que al segundo mes me dio mi primera desilución en la vida...intentó engañarme con una amiga, misma que lo delató ya mucho después de que él la había dejado de rondar y por eso mismo terminé una amistad y continúe un noviazgo sólo por intentar. Todo iba bien hasta que el que era mi novio quizo dar el siguiente paso y yo no. Sufrí una depresión tremenda al descubrir lo que pretendía y más al ser cortada por no ser atrevida, pero la superé y él volvió a buscarme; yo lo acepté de nuevo porque sabía que si él continuaba conmigo era por afecto y no por otra cosa pues ya sabía que yo no estaba dispuesta a ceder. Así seguimos por algún tiempo hasta que me cansé y terminé con él, sobre todo porque ya no le quería y quien me interesaba era otro.
A la semana de terminar y de que el que me interesaba se enterara de la noticia, comenzamos a andar pero... ésta vez con un sentimiento más fuerte, uno capaz de hacerme salir de casa si él me lo pedía, estaba tan ilusionada que me dejé llevar por completo. Fueron tan solo tres semanas, pero las suficientes para hacerme sufrir bastante cuando dejó de irme a ver, que después me cortara por internet, cuando comenzó a lucir su interés por otra chava en mis narices, y más cuando divulgó comentarios poco gratos entre mis compañeros de la escuela. Fue algo fatal para mí, al grado de no querer volver a pararme por la escuela y de odiarlo por ilusionarme con una vida juntos y que de pronto me cortara tan fea y repentinamente. Entonces no quise volver a tener nada que ver con hombres hasta que medio mes después apareció uno bastante insistente conmigo. Yo no le hacía caso, pero después de dos semanas en que pude darme cuenta de lo sincero de su cariño y sobre todo de que se trataba de un chico que alguna vez me gustó al grado de decir "yo quisiera un hombre así como él", no pude negarme y comencé una nueva relación.
A nadie le gustó lo acelerado de mi paso y a mi menos me gustó que todo me estuviera llegando de golpe pero no podía dejar pasar nada pues cada día sólo se vive una vez. Yo sabía que por ahora estaba frente a una persona que me quería pero no sabía hasta qué grado hasta que día con día me lo fue demostrando. Comenzó por atenciones, protección, mucho afecto y cuando me di cuenta, él ya estaba haciendo planes de una vida conmigo. Realmente me asusté cuando vi lo acelerado de su paso y quise terminar pero después me di cuenta de que dificilmente encontraría a otro hombre que me amara tanto como él, que fuera responsable, trabajador, tierno conmigo y de carácter cuando era necesario con los demás. Le encontré muchísimas cualidades que me hicieron perder el miedo de querer y confiar en alguien, y con todas sus actitudes terminé por enamorarme de él pasado el primer mes, aceptar su anillo de compromiso al segundo y finalmente profundizar nuestra relación al tercer mes, es decir, acepté dar el siguiente paso en nuestra relación por el simple hecho de que jamás lo pidió sino que sin planearlo se dio la ocasión. Quizá esa primera vez no fue muy cómoda por el miedo a ser descubiertos, por mi enojo de no cumplir mi meta de llegar virgen al matrimonio y por un poco de vergüenza de que haya visto y sentido mi cuerpo, pero aún así se dio una segunda ocasión(intencional) y ésta vez si que fue mágica porque no fue sólo un placer físico sino emocional pues era con una persona que tanto amaba y que me correspondía igual o mejor aún. Era una dicha enorme que no cabía en mi alma, haber encontrado el amor de mi vida, y que las cosas fueran de maravilla con mi familia,amig@s,escuela y muchas otras cosas que me hacían pensar que estaba soñando.
Mi felicidad sólo duró medio año porque después comenzó todo lo malo, comenzó por celarme mucho, absorber todo mi tiempo y al final nada lo complació y todo lo que veía en mi eran defectos, y no hacía más que hacerme reproches, insultos y amenazas. Yo en un principio me dejé pero después le pagué con la misma moneda y lo peor del caso es que a pesar de todo ni uno ni otro consiguió romper el lazo de amor que construimos una vez. A decir verdad, unos días los pasábamos bien y otros no, pero nos conservábamos justamente por los buenos momentos hasta que surgieron problemas más serios y entonces comenzamos a guardar rencores. Al final él ya no quiso seguir y aunque quería tomarle la palabra, el dolor de perderlo era tan grande que me hundí en la depresión, el llanto, el coraje, y muchos sentimientos que sólo me hacían sufrir. Yo le pedí continuar e hizo caso pero como con el afán de destruirme y hasta entonces me opuse a seguir siendo ahora él el que me pedía continuar y a cambio repararía todo el daño que me había hecho. Entonces yo ya me encontraba muerta en vida y pretendiendo sanar y confiando en su palabra, le hice caso y afortunadamente resultó, sólo que no podía perdonarle todo el mal que ya me había hecho y preferí actuar con cautela, aunque eso ya no le gustó mucho, no le quedó de otra.
Fue así como recomenzamos después de nuestro primer aniversario y después de dos meses... ¡descubrí que estaba embarazada! Me alegré infinitamente y más de pensar lo bien que le sentaría la noticia de ser papá pero... entonces volvimos a discutir bastante porque a él le desagradó la noticia y a mi me entristeció ver su reacción. No pensé perdonarlo esta vez pero no me resistí cuando me buscó y su cara era otra, además de que preferí olvidar a ponerme de orgullosa y ni siquiera intentar darle una familia a mi bebé.
Sólo tengo 20 años y él 22, no nos hemos casado y ya estamos por tener un hijo que no sé si de verdad lo desea pero en lo que a mi respecta, aunque me hubiese gustado que llegara hasta dentro de 5 años, me siento a gusto de que sea hijo del hombre que amo (aún con todas las adversidades) y por eso aún no puedo quejarme de mi vida pero lo único que no me gustará será darle la noticia a mis papás quienes sé que entristecerán y que espero pronto se contenten cuando vean que sigo mi vida y más cuando haya terminado mi carrera que de preferencia espero sea en 2 años como había sido previsto.
Como verán, tengo una vida acelerada pero me conformo al saber que está por cumplirse otra meta en mi vida y que las que faltan dependerán de mi esfuerzo, mismo que no me ha faltado para cumplir mis deseos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario